La creencia lleva a pensar en que todo lo que fuimos, somos hoy. Pero el puto río se va al carajo, deja otras piedras, otra arena y cosas que no estaban ahí. Ya no es el mismo. Por eso creer me deja fuera de juego si es que esto es un juego, gobernado por el caos y el control. Las velas que iluminan por donde vamos muestran vagamente un lugar en el que no sabemos si estamos.
Estoy, casi el borde de todo, mirándolo. Riéndome. Llorando. Somos
"Agricultores disfrazados de cazadores". Con el miedo en el centro del culo. Claro, esto no es ajeno al resto de la gente. Todos sentimos lo de afuera y lo de adentro. Y es obvio. Un puñado de materia vibrando junto a millones de materias haciendo lo mismo a distintas velocidades. Se siente. Pero olvidamos o ni siquiera eso: no podemos saberlo.Solo sentirlo. Escapa a la codificación del lenguaje.
Jodido ser nos ha tocado formar en todos estos millones de años de cultura. Cuando se lee esta palabra, mucha gente piensa en un ministerio, en el arte o en un artista. Cultura es todo eso y mucho más. Es todo lo que fuimos armando para sobrevivir siendo animales con un desarrollo diferente. Fue así que palabras como miedo cobraron otra dimensión que excedía lo sensorial. Ya era un signo que iba a ser entendido de acuerdo a quien lo dijera, en donde lo dijera, para que lo dijera. El miedo pesó mas. Del instinto pasamos al signo y al símbolo. luego llego
imago sintetizando el signo y el símbolo.
Imago, algo que no es en si. Un montón de luces y oscuridades combinadas que representan, vuelven a presentar en diferido lo que alguna vez estuvo así. Como el río.
Para entender el mundo que creamos, inventamos un sistema en diferido. La cultura y todos su componentes son eso. Imago de algo que estuvo, que se detuvo en el signo para ser representado a la comunidad, sin que esta lo haya percibido. Entonces, ya no fue necesaria la experiencia, la exposición a las materias y sus relaciones. Y el miedo pasó de ser un instinto a verse representado y magnificado por el signo.
El miedo como construcción antes que como experiencia, impulsó más aun la figura de líder de la comunidad. Y le dio forma a quien explicaría los misterios del mundo por medio de símbolos, creando un mundo invisible, espiritual. El líder pragmático y el líder espiritual usaron el miedo representado para marcar los límites del mundo y dar sentido a su liderazgo. ellos serian los encargados de iluminar el camino por donde la comunidad transitaría.
La comunidad se distanciaba cada vez mas de la experiencia directa. Su instinto ya carecía de sentido, porque con la cultura, tenían las herramientas de sobrevivencia, sin necesidad del olfato, el oído, el tacto o el gusto. La vista tendría después una importancia hegemónica que además daría forma a todas las otras maneras de percibir el mundo. Lo que se huele, lo que se palpa, lo que se degusta, están organizados en estructuras similares.
El oído también tuvo su lugar destacado en el entrenamiento perceptual, porque es el único que no puede obturarse. Se pueden cerrar las ojos, pero no
los oídos. Por eso todo lo sonoro creado por el hombre remite de alguna manera al miedo representado.
La palabra como sonido, junto a los demás sonidos, la imagen y los líderes dieron forma al mundo. La comunidad aceptando este contrato, daba forma también al lugar en el que todos estamos ahora. Así lo percibimos. En diferido. Lo que nos explican las palabras son los ecos de lo que alguna vez fue. No lo que fue. Sin la experiencia inmediata resolvimos nuestra vida en base a creencias.
Creo en el miedo, lo siento, si. Pero primero creo en él. Le doy entidad fuera de la sensación pero sin dejar de tenerla en cuenta. Creo en el medicamento. Creo en la ley de gravedad. Creo en las empresas constructoras. Creo en la seguridad y como por un hecho lógico, ya que deposito casi todo mi existir en las creencias, creo en un dios. Con nombre de acuerdo al rito, la cultura o región. creo que todo lo que está, va seguir estando. Y me angustia la idea de que eso no sea así. La acción total de todas las angustias de ese tipo, hacen la angustia existencial. El infinito cagazo, el supremo miedo a lo que no podemos nombrar, cosificar, detener, perpetuar.
Qué es la vida. Qué mierda hacemos acá en el mundo. Algunas preguntas en las que la comunidad siente el vacío. Algunos aceptarán el contrato y depositarán su fe en una entidad que nos cuida, que ayuda y guía a los líderes para que nos den seguridad material y espiritual. La pedagogía del miedo representado es la que hace que todos eludamos el cuestionario existencial. Nadie quiere saber que el mundo es una representación y que el río se desborda cuando se le da la gana. No hay muchos que quieran tener contacto con la experiencia despojada de significados.
Creencia y experiencia no se pueden dividir pero nos enseñan que son dos cosas separadas. Por eso el desafío es desandar la creencia desde ella misma hasta llegar a la experiencia. Y desde ahí sentir si lo que se dice es lo que hay. Nada esta sujeto a su significado arbitrario. Solo es una manera de comunicarnos heredada de la vida en comunidad. Pero existen muchas maneras que no son lenguaje, símbolo o imago. Y es en el contacto directo con lo existente que podemos percibir nuevas maneras de hacer y sentir. Es también la manera mas sólida para modificar progresivamente el mundo que creamos y en el que aun creemos.
Acciones colectivas tendientes a un cambio no han dado el resultado esperado porque se basan en viejas estructuras de conocimientos y por esto están condenadas al fracaso. Porque no se trata de creer en nuevas palabras o nuevas estructuras. Se trata de crearlas desde el núcleo mismo de donde partió la humanidad para llegar a ser este superanimal aturdido y sin instinto. Sin ese atisbo de claridad seguiremos "evolucionando" en "paz y progreso" a un mundo cada vez mas civilizado.