Allá por el principio cuando la tierra había sido bañada con un hermoso diluvio, un hombre llamado Noé con un barquito, diseño exclusivo de Jehováh SRL y mano de obra de los esclavos del Señor, navegó las intranquilas aguas hasta que estas descendieron. Luego, hombres y mujeres de la familia de este prócer bíblico tocaron tierra, un páramo sin animales ni hombres injustos. Dios es sumamente consciente de la justicia. Noé, descendió su zoológico privado para que se multiplicaran en número. Uno de sus hijos, Cam, estuvo bastante entretenido en el viaje con su compañera, de manera que a los tres meses de arribar al nuevo mundo seco, su mujer dio a luz un pequeñito llamado Canaan.
Hasta acá la historia no contiene ningún exabrupto, salvo por los miles de humanos muertos alrededor de la tierra debido a la sagrada ocurrencia de Dios de limpiar la tierra de maldad. No incluimos los animales terrestres y aéreos. De los peces y demás acuáticos se presume una supervivencia cuasi perfecta.
Pero siempre ocurre algo bajo la viña de este Divino Personaje. Una secuencia de esta narración va desde plantar una parra, que esta produzca fruto hasta el vino que embriagó a Noé, es relatada solamente en unos cuantos versículos. Pedazo de elipsis temporal. Luego de este salto, Cam e descubre a su padre en una vulgar borrachera seguida de un primitivo strip tease, que dejo a nuestro protagonista en pelotas y durmiendo la mamila. El hijo fue a contarles a sus hermanos lo ocurrido. El texto no especifica el tenor de los comentarios. Sus hermanos mucho más pacatos, fueron a cubrirlo “sin mirar la desnudez de su padre”. Luego del pedo exhibicionista, con la característica resaca, despertó Noe. Al descubrir como venia la mano, se rajo unas cuantas maldiciones, como buen hijo de Jehováh, contra el pobre de Cam. Antes las maldiciones eran como las herencias: pasaban de generación en generación hasta que alguien se acordaba que la macana ya había prescripto miles de años atrás.
La cuestión que el pato de la boda y su patito, Canaan, fueron condenados con menos bienes raíces y no tener el amparo del bondadoso Dios. No así sus hermanitos respetuosos y ejemplares que gozaban de la gracia divina eternamente... Como bien lo saben los estudiosos de los textos bíblicos, Cam era un tanto oscuro de piel por lo tanto debió ser el padre de todos los negros o morochos que pueblan el planeta. Graciosamente Jehováh condenó al clan, que luego serian los cananeos, a ser los esclavos de los bendecidos por Él. Mas tarde este pueblo que ocupaba parte de las tierras de la Media Luna Fértil, fue masacrado y echado de su natural lugar de residencia. Solo porque Dios lo quiso para su pueblo Israel. Y por lo que Cam vio.
2 comentarios:
pero ese muchacho... mire deberia detenerme en creer que todo esto, de echarle la culpa de los hechos a los otros es muy argentino
pero ahora ud me demuestra que todo es biblico,
como diria cierta peliculita(los diminutivitos mas que tiernos son insoportables): dios es un casero ausente
gracias ; adorable texto para esta mañana,
ya nos juntaremos a leer ciertos versiculos
espero no me acuse de hereje
Publicar un comentario