viernes, 6 de noviembre de 2009

...


...se sienta frente a la pantalla. la noche no lo deja respirar. aire pesado aunque la temperatura mermó en estos últimos dias. cierra los ojos. siente o cree que siente los impulsos eléctricos de las neuronas, rebotar entre ellas como una telaraña de luz mental. abre los ojos. solo ve un espejo que distorsiona, que no lo refleja. escribe en él: estoy solo. ninguna novedad. ecos de sonidos nocturnos, movimientos de muebles, goteos, un cooler. el silencio es un estado ideal producto del lenguaje, piensa en voz alta. y decide continuar con los ojos abiertos frente a la pantalla que lo mira sin ver. la angustia es un sentimiento o una sensación pero su origen va mas allá de este momento propio o ajeno. nació con la humanidad. un terrible vacío al contemplar que en verdad estamos solos. solos entre millones de personas. afrontar esto equivale a ver en la oscuridad de la noche, lo que las escasas luces muestran. angustia de sentirme abandonado. el tango es así. vive de eso. canta el sufrimiento de ese abandono en el mundo creado por nosostros. solo que lo intuye o lo traduce con palabras que remiten a cosas conocidas. y no ese vacio total, esa idea de que la existencia supone un dolor innato. saber que fuimos lanzados a esto. mira a un alrededor imaginario. traga saliva. escucha un sonido agudo que viene de la cocina que aumenta progresivamente de volúmen. recuerda los mates y se levanta para detener lo inevitable. la tragedia griega traduce muy bien esto. Nietzsche escribió el origen de la tragedia. para hablar del tema se necesita un whisky. pero hoy se dio por vencido sin luchar y solo fuma. destino imposible de torcer. texto teatral creado por una cultura que dominaba de manera muy hábil el espíritu y la materia. una cultura exitosa a la que le precedió otra de mayor éxito. y así. entonces si. angustia dentro de la tragedia. por un destino que no se puede cambiar. o esta desazón es producto del abandono del ser en la nada. abandono implica una orfandad y esta una maternidad o paternidad. quién nos abandono. nadie. porque estamos solos en medio de todo esto. pero dijo abandono. y casi todos decimos eso. hemos sido arrojados por alguien al mundo. y allí somos. se quema la lengua y esto detiene la escritura un momento. siente como vibra y late a la vez. ondula y pulsa. como todo. como la vida. el dolor lo devuelve al tema. pero qué mierda es la angustia. qué era antes de que pudiera nombrarse o escribirse en casi todas las culturas. y ahí encuentra el ovillo. saca al monstruo de su laberinto. se da cuenta de que el héroe no existe. de que el monstruo, débil, temeroso y violento está solo, que es él quien se elimina. el héroe es parte de su imaginación. lo creó para verse en su encierro y darse cuenta de que el lugar a donde fue arrojado también forma parte de su imaginación. cierra los ojos y sigue escribiendo a tientas lo que le va apareciendo en la mente. todo se amplifica cobra sentido. el monstruo también es la mujer, el diseñador del laberinto y el gobernante injusto que lo encierra en esa construcción. y esas son palabras en la mente del monstruo. al verlo deja de ser lo que creía ser. lo que otros decían que era. y lo que nunca iba a llegar a ser. abre nuevamente los ojos. ya no ve nada. pero todo esta escrito. y es así como tiene que estar. detenido, sin pulsar ni vibrar. muerto. la angustia es también necrológica. vive en el cementerio de las cosas. y allá nos lleva. dice él, que ya cierra las puertas del campo santo y sale corriendo, libre...

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

en resumidas cuentas, palabras narcoticas, y escritas como debio ser

Anónimo dijo...

¨yo te soñaba dormido¨, estabas quieto, en la luz de una tiniebla electrica, y que desesperacion que el ovillo siempre se rompa a mitad de camino, te sigo leyendo, es lo único que puedo hacer desde mi laberinto, ojos de perro azul incompleto se encontrarán, en ese camino que sin querer se arma un viernes con la soledad pesando en el costad. doloroso y equivalente a la totalidad