El frío mueve nuestros cuerpos. Intentaron permanecer frente al viento de agosto, en una mesa de bar con una conversación versátil, teñida, indistintamente a que cuerpo pertenezca, de una intención mas hormonal que la palabra. Del X a una diagonal que se transformo en recta. Unas cuadras después, ya estábamos guarecidos del clima y expuestos a nuestras presencias físicas. Solos en un espacio limitado por paredes.
Una elipsis temporal de charlas prolongadas nos acerca mas a una escena sin demasiadas mediaciones. Me voy a dormir, dijiste y algunos gestos mas que no tiene palabras, salvo el beso que me diste, dieron inicio a lo visceral que tiene el deseo.
Otra elipsis que podría articularse en dos movimientos de diferentes cadencias, nos aproxima al abrazo final y un dormir a destiempo. La belleza del contacto pronto desapareció de la conciencia para mi y comenzó el sueño a dibujarse...
2 comentarios:
Uopa. Viene bien
ficcion... la literatura es ficcion... lo que paso, paso.
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