Intensidad: Parte II

Tu cuerpo desnudo y dormido a mi lado se desfiguró en imágenes oníricas. Ya estábamos vestidos en ese mismo departamento, parados alrededor de la mesa de el living. Había cinco personas en total contándonos a nosotros: una gran amiga tuya, un hombre joven pero de imagen muy difusa y tu madre . La escena giraba en torno a esta mujer, que desbordaba de desconfianza hacia mi. Cuestionando mi presencia en el departamento de su hija. De un momento a otro salimos hacia la calle, era la misma en la que estaba el edificio, hasta que desaparecieron los autos y estábamos en una gran galería con columnas y arcadas a los costados. Me pareció arquitectura colonial y daba toda la impresión de ser un lugar religioso. Un convento o una capilla. Allí, tu progenitora recelosa, se expreso acerca de los motivos de su desconfianza hacia mi. vos consumís cocaína los fines de semana, me dijo. yo le asegure que no era como pensaba que me hacia mucho daño al juzgarme impropio para estar, aunque fuera solo eso, en donde vivía su hija. Y que no quería dejar de ir allí ni mucho menos evitar el contacto. Algo me despertó. estaba ahí y vos también. No recordé bien su cara pero a grandes rasgos tu mama del sueño era de cutis blanco y cabello oscuro y largo hasta los hombros, algo ondulado.
Amanecer de un lunes gris en una ciudad que intentó borrarme los sueños mientras caminaba en el frío de sus calles céntricas. Con vos, claro. Pero vos ya eras otra. Ni la del sueño, ni la del bar, ni la del departamento. Demasiado intenso, me dije y nos saludamos en la peatonal. Despues levante la mano y pedí un taxi. Material Girl de Madonna hasta Bv. Perón y Heart of Glass de Blondie desde el puente Olmos hasta mi casa, fueron la banda de sonido del retorno. Demasiado intenso, demasiado extraño.